En el día a día, en el desempeño de nuestro trabajo, desarrollamos muchas de las habilidades que nos ayudan a sentirnos realizados. Por este motivo, cuando perdemos nuestro trabajo, la autoestima se resiente y la búsqueda de empleo se convierte en un periodo en el que el futuro se suele percibir con escaso optimismo. Actualmente, hay una tendencia a identificar quiénes somos con nuestro trabajo, por lo que, cuando se pierde, puede verse afectada nuestra autoestima e identidad. Este es uno de los motivos por los que muchas personas experimentan en este periodo dos tipos de sentimientos: ansiedad y estrés, y miedo al rechazo. En estos momentos es muy importante trabajar para reforzar la autoestima, ya que es fácil dejarse llevar por la apatía y acabar compadeciéndose de uno mismo, un círculo del que será más complicado salir cuanto más tiempo pase. La autoestima depende de la valoración que uno tiene y hace de sí mismo, de ahí que se considere que una persona tien...